La aventura y la adversidad no son desconocidas para el sudafricano Ron Rutland. El antiguo jugador de rugby y empresario se ha embarcado no en una sino ya en dos expediciones extremas a lo largo de su vida, un viaje por el mundo en bicicleta pionero, sin ayuda y en solitario, a través del todo el continente africano para cruzar a continuación el mayor campo de golf del mundo, las inmensas e impolutas llanuras de Mongolia.

El 30 de junio de 2013, más gordo y menos en forma que nunca antes, habiendo vendido todas sus posesiones, y habiendo pasado no más de un par de noches en una tienda de campaña en su vida, Ron descendió en bici la Montaña de la Mesa y las afueras de Ciudad del Cabo para empezar un extraordinario viaje en bicicleta a través de todos los países del continente africano y parte de Europa en su viaje a la Copa Mundial de rugby de 2015 en Londres. Su objetivo: «animar a los Springboks y brindar por la salud, vitalidad, movilidad, por la aventura y por una vida en especial», la de su amigo, Lettie, el cual estaba luchando contra el cáncer y que tristemente nos dejó durante el viaje. Unos 27 meses, 75 países y 42 000 km más tarde, un Rutland 25 kg más ligero llegó a Londres con un pasaporte lleno de sellos y una vida llena de historias.

El viaje cambiaría para siempre la vida de Ron, así como en muchos aspectos la de aquellos que escucharon y compartieron sus historias. La increíble humanidad y generosidad, lo mejor del espíritu humano que Ron se encontró a través de un variado elenco de países y culturas, contradice los «prejuicios», ideas preconcebidas y percepciones sobre la mayoría del mundo de hoy. A eso hay que añadir la compasión y generosidad de la gente de todo el mundo que siguió lo que Ron llamaba «fun(d)raising» y donó a su causa.

Después de pasar algún tiempo hablando y compartiendo su historia, Ron estaba listo para otra aventura. Cuando el antiguo jugador de rugby y colega golfista de Hong Kong, Adam Rolston, sugirió hacer algo respecto al golf, Ron no tardó mucho en apuntarse. El dúo decidió jugar al golf en su camino a través de la vasta y agreste extensión de Mongolia para recaudar dinero para proyectos apoyados por la Laureus Sport For Good Foundation. Con Ron llevando la bolsa y Adam haciendo más de 250 tiros al día, la pareja caminó y lanzó pelotas de golf en 2000 km a través del país del oriente asiático en 2017, estableciendo como récord mundial «El hoyo más largo nunca jugado».

A pesar de una reciente artroplastia de cadera, había la sensación de que era casi inevitable que Ron encontrase el modo de darlo todo otra vez y planear otra expedición de fun(d)raising. Después de Mongolia, la Hong Kong Rugby Union designó a Ron Director General para el Desarrollo Comercial, lo que permitió al aventurero hacer más deporte para el desarrollo y más trabajos en muchos proyectos inspiradores de rugby en Asia. Al celebrarse la Copa Mundial de Rugby (CMR) en Asia por primera vez, Ron vio una oportunidad única en la vida para hacer que la «carrera por la CMR» consiguiese dinero y sensibilización para la ONG oficial de la CMR, ChildFund Pass It Back.

Ron se percató del increíble impacto de los programas de la organización en Laos, Vietnam y otros países, su reputación debido a los medibles y tangibles logros, y el apoyo general que parecían recibir de cualquiera que estuviese en contacto con ellos, directa o indirectamente, haciendo que resultase un increíble honor hacer que la carrera por la CMR consiguiese fondos y sensibilización para el trabajo que desempeñan.